VEGETALES
Tomate
Técnicamente es una fruta, pero se lo considera parte del reino vegetal. De todos modos, sea lo que fuere, es un alimento que sí o sí deberíamos añadir a nuestra alimentación. Tiene propiedades anticancerígenas, es antioxidante y aporta una enorme variedad de vitaminas –desde la A hasta la vitamina K. Además, es un alimento recomendado para combatir la hipertensión.
Brócoli
Esta verdura con forma de arbolito es uno de los mejores alimentos para prevenir el cáncer: su rica cantidad de antioxidantes, de hecho, reducen el riesgo de sufrir cáncer de estómago, de pulmón y de colon. Además, aporta beta-carotenos, vitamina C y ácido fólico, lo que fortalece nuestro sistema inmunológico.
Col de Bruselas
Las mujeres que estén planeando concebir un hijo o que ya están embarazadas tienen que consumir col debido a su gran aporte de ácido fólico, una vitamina del tipo B crucial para el desarrollo del bebé y prevención de malformaciones en el tubo neural. Por otra parte, concede vitamina C, vitamina K, fibra, potasio y ácidos grasos omega 3.
Zanahoria
Los vegetales anaranjados son muy buenos para la salud, especialmente para nuestros ojos, piel y cabello. En particular, las zanahorias son de las mejores fuentes de vitamina A y, aunque en menor medida, también de vitamina C. Se dice también que nos protege de daños cardiovasculares.
Calabacín
Otro vegetal que debes integrar en tu dieta es el calabacín. Debido a su contenido de beta-caroteno y vitamina C, es un alimento antiinflamatorio que puede ayudarnos a prevenir y tratar enfermedades como el asma, la osteoartritis y la artritis reumatoide. Posee también potasio, magnesio y fibra.
Patata dulce
Las patatas dulces son un gran aliado contra el cáncer debido a su contenido de vitamina A, vitamina C y manganeso. Además, es buena fuente de hierro y fibra, nos aporta energía y protege nuestro sistema digestivo.
Berenjena
¿Sabías que son muy buenas para el corazón y todo el sistema cardiovascular? Sus ricas propiedades antioxidantes –como, por ejemplo, el nasunin– protegen a las células de daños cerebrales y, combinadas con su contenido de fibra y potasio, también nos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la demencia.
Pimientos
Hay varias versiones de pimientos, todas ellas saludables debido a sus nutrientes como el ácido fólico y el licopeno. Según estudios, consumir un pimiento por día disminuye el riesgo de cáncer de pulmón, colon, páncreas y vejiga.
Espinaca
¿Sabías que posee la gran mayoría de nutrientes que el cuerpo necesita? De hecho, los científicos aseguran que una dieta rica en espinacas podría ser capaz de prevenir enfermedades del corazón, cáncer, artritis y osteoporosis. ¡Haz como Popeye y consume mucha espinaca!
Cebolla
Las cebollas son un excelente complemento para miles de recetas. Lo que tal vez no sabías es que es un alimento importante para personas con riesgo de desarrollar –o que ya padecen– osteoporosis, debido a su contenido de un péptido que reduce la pérdida de calcio del organismo. También, ayudan a controlar la diabetes y prevenir enfermedades cardíacas, gracias a su contenido de vitamina C y ácido fólico.
HORTALIZA DE CICLO CORTO REGIÓN COSTA
CEBOLLA BLANCA
Su ventaja es que
puede consumirse en diferentes formas: bulbo seco, hojas verdes, bulbo o cabeza
fresca, cabeza tierna o de desarrollo intermedio, deshidratado en polvo o
escamas y en encurtidos. Además, es un cultivo que cuenta con gran diversidad
genética adaptable a diferentes condiciones agroclimáticas, pudiendo
establecerse exitosamente en muchas regiones.
Dentro del buen manejo agronómico, el método de siembra
es vital ya que es posible proporcionar a la semilla las condiciones más
favorables de temperatura, humedad y oxigenación para su buen desarrollo.
En algunos casos se busca evitar o disminuir
los daños causados por plagas y enfermedades al cultivo. En otros casos, la
función es servir como medio para evitar la erosión causada por el agua y por el
viento.
Tres métodos de
siembra de cebolla
A continuación se
exponen métodos de siembra que han sido usados con buenos resultados, pudiendo
combinarse para adelantar la producción o maximizar el rendimiento, producir
semilla o lo que convenga al productor.
1. Siembra directa: Éste
es uno de los métodos más usados. Aunque la cebolla es una planta típica de
trasplante, se puede sembrar directamente en el suelo la semilla o los
bulbillos. Normalmente se realiza a voleo y excepcionalmente a chorrillo,
recubriendo la semilla con una capa de mantillo de 3-4 cm de espesor. Se debe
tener presente que como el follaje de la cebolla es de poco desarrollo y no
cubre bien el suelo, éste queda expuesto a la acción erosiva del agua y del
viento. Es recomendable trazar curvas de nivel para proteger el suelo en
invierno y garantizar el movimiento adecuado del agua de riego en verano.
El método de siembra directa acorta la duración del cultivo en campo y evita el
costo del trasplante, pero aumenta costos en sanidad vegetal y exige la
aplicación de un paquete tecnológico (ver próxima página).
2. Siembra por trasplante. Éste
es el método para producción comercial más usado y para la producción de las
plántulas es necesario preparar semilleros o canteros. La edad para el trasplante
varía de acuerdo a la altitud sobre el nivel del mar de la región.
Generalmente los semilleros están listos
entre 40 a 45 días (ó 50 a 60 días si tuvieron un manejo de desinfección), buen
riego (sin exceder humedad) y control sanitario preventivo.
3. Siembra por bulbillos. Este
método consiste en sembrar cebollas pequeñas o bulbillos de 12 a 15 mm que se
obtienen durante la cosecha normal o son producidos mediante semilla,
necesitándose 2 kilos para producir una hectárea de bulbillo. Si se siembra
mayor densidad de semilla habrá competencia entre plántulas, llegando a no
formarse los suficientes bulbillos; mientras que con una densidad menor, se
formarán bulbillos de un tamaño mayor al deseado, produciendo bulbos dobles en
la siembra definitiva.
Una vez que las plantas hayan formado bulbillos y el follaje se haya secado, se
cosechan los bulbillos y se secan en el campo. Las cebollas así obtenidas se
siembran en el siguiente ciclo sin atrasar la producción.
Para este sistema, las variedades deben tener
un adecuado período de reposo.Se recomiendan las variedades rojas y las
amarillas, sólo almacenándose separadas con suficiente aireación para evitar
que se pudran.
La plántula obtenida
será de una variedad con cualidad de producir bulbo partiendo de bulbillos, de
un diámetro no mayor de 2.5 cm, el cual pasa por un proceso de curado, que
consiste en deshidratarlo y almacenarlo de 1 a 3 meses.
La siembra de bulbillos puede hacerse en canteros de 1.40 m a 3 hileras (0.35 m
entre hileras) y 5 cm entre bulbillos con la raíz hacia abajo, y en camellones
de 0.90 m a 2 hileras (0.20 m entre hileras) y 5 cm entre plantas.
RABANO
Siembra
Los
rábanos son una de las hortalizas que no necesita trasplante, por lo que el
lugar donde lo sembremos será donde se desarrollará hasta su cosecha. Crecen
bien en el suelo o contenedores con una profundidad mínima de 10 cm. Utilice
suelo o sustrato bien nutrido que tenga buen drenaje. Para
sembrar puede realizar pequeños surcos de 1-1.5 cm de profundidad y con una
distancia de 8-12 cm entre ellos, dependiendo del tamaño de la variedad.
Colocar 1 semilla cada 5 cm y cubrir son suelo o mezcla. Regar inmediatamente
después de sembrar, no dejar que el suelo pierda la humedad.
Cuidados
La plántula emergerá
aproximadamente a los 3 días de la siembra. Las primeras hojas, cotiledones,
tendrán forma de corazón. Cuando nuestros rábanos hayan crecido un poco, a
veces es necesario cubrirlos con un poco de tierra para que se desarrollen
mejor. Abone sus plantas a los 15 días de la siembra para proporcionar
más nutrientes y fomentar su crecimiento. Siempre mantenga libre de malezas.
Los
riegos dependerán del clima, lo importante es que el suelo nunca debe perder su
humedad. Si el riego es en exceso podemos provocar enfermedades, pudrición o
que el rábano se rompa. Por el contrario, si los riegos son escasos su
sabor será más picante.
Aunque es
un cultivo muy rápido podemos tener problemas de plagas y enfermedades, en
especial pulgones y larvas.
Revise dos veces a la semana sus plantas, en especial el revés de las hojas.
Una plaga fuerte de orugas puede terminar con las hojas de sus plantas en un
par de días. Puede aplicar agua con jabón biodegradable o retirar con la mano
las orugas.
Para
saber si nuestros rábanos están listos, debemos quitar un poco de tierra alrededor
de la planta para verificar su tamaño. Para sacarlos de la tierra debemos tomar
todas las hojas y sacar nuestro rábano. Si el suelo está comprimido puede
costar un poco de trabajo, podemos ayudarnos con una pala de trasplante.
Lave los
rábanos para retirar la tierra que quedó adherida, puede utilizar un pequeño
cepillo o estropajo para tallar con cuidado. Puede dejar las hojas y hacer
manojos, o cortarlas y almacenarlos en una bolsa de plástico con
orificios en el refrigerador. Consúmalos en las dos semanas después de la
cosecha.
NABO
Condiciones medioambientales
El nabo es un cultivo que requiere climas frescos y tierras ligeras, húmedas,
bien mullidas y ricas en materia orgánica. Aunque se puede desarrollar en
tierras calizas, prefiere las ligeramente ácidas con un pH entre 6 y 7.
Siembra
La siembra de los nabos se realiza en dos épocas del año. A finales de verano
(agosto-septiembre) y en primavera. Siempre debe hacerse una siembra directa a
poca profundidad, entre 0,5 y 1,5 cm. Sembraremos la semilla a chorrillo
separando las líneas unos 30 centímetros. La tierra debe estar húmeda tras la
siembra y en los siguientes días. Esto es de vital importancia especialmente en
las siembras de verano.
Cuidados
Su
manejo se limita a realizar escardas siempre que sea necesario para mantener
libre de adventicias el cultivo. Hay que tener cuidado de preservar la humedad
de la tierra constantemente, en especial –como se ha dicho– en las siembras de
verano. Conviene hacer un aclareo de las plantas cada 5-10 cm para dejar
espacio donde crezca el nabo en toda su extensión, aunque no es imprescindible.
Esta labor se debe hacer cuando las plantas tienen unas 3 o 4 hojas. Se pueden
cultivar en asociación con los guisantes para las siembras primaverales,
aprovechando el espacio, el rápido crecimiento y la cosecha de los nabos. Se
pueden sembrar los guisantes en febrero y cuando se pueda empezar a entutorar
se siembra el nabo. Para volver a sembrar nabos en el mismo lugar habrá que
esperar de 3 a 4 años.
Problemas
El cultivo del nabo posiblemente sea de los menos problemáticos que hay en el
huerto en cuanto a la incidencia de plagas y enfermedades. En principio, si se
lleva un buen manejo no tiene por qué haber ningún contratiempo, aunque si hay
presencia de topillos son un manjar para ellos.
Cosecha
El aprovechamiento de sus nabizas tiernas puede hacerse a los 45 días de la
siembra, comenzando la producción de grelos a los 90 días, aproximadamente. Los
nabos se pueden cosechar a partir de los 40 días de la siembra
TOMATE
Sembrado: En regiones
de clima suave se deben sembrar las semillas en marzo, y en abril en climas más
fríos. Es recomendable hacerlo en semillero, cubriendo cada semilla con medio
centímetro aproximadamente de tierra o sustrato. Posteriormente, regaremos cuidadosamente
para no mover demasiado la tierra, y la mantendremos húmeda hasta la aparición
de los primeros brotes.
Transplante: Cuando veamos
que las plántulas están más o menos desarrolladas (tienen ya al menos 4 hojas),
las trasladaremos al lugar donde deseemos crear nuestro huerto, bien sea a
tierra libre como a cajones o mesas de cultivo de cultivo. Esta parte es
delicada, y para no dañar las plántulas al sacarlas, debemos cogerlas desde la
parte del tallo más próxima a la tierra, y arrancarlas de la misma con firmeza
pero con cuidado. Las enterraremos de nuevo en su nueva ubicación, cubriendo de
tierra el tallo hasta donde empiezan las primeras hojas. Regaremos de forma
abundante y regular.
Instalación de
tutores: Los tutores son palos (puedes usar, por ejemplo, cañas) de
alrededor de metro y medio de altura que se instalan al lado de cada planta.
Unos 15 o 20 días después del trasplante, sujetaremos cada tomatera a su tutor,
siempre por debajo de cada rama floral. Este procedimiento es necesario en
todos los casos, pues las tomateras pueden llegar a crecer hasta más de dos
metros, y sin un tutor que las soporten, no podrán crecer correctamente y, por
consiguiente, no nos darán buenos tomates.
Poda: Es
conveniente llevarla a cabo entre mayo y julio, y siempre deberemos realizar
las sucesicas podas cortando por encima de las ramas florales. Es importante
señalar que no será necesario podar las variedades de porte definido, es decir,
las que tienen un crecimiento limitado. (Ver artículo "La poda de la tomatera")
Recogida: Se suele
realizar desde julio hasta agosto, en función del grado de madurez de los
tomates, que es de sencilla evaluación, según su color y consistencia.
CILANTRO
Planta anual que
alcanza unos 40 o 60 cm de altura.
Tiene tallos erectos, hojas compuestas, flores blancas
y frutos aromáticos. Es de uso común en la cocina
mediterránea, india, latinoamericana, china y del
sureste asiático. Todas las partes de la planta son comestibles, pero
generalmente se usan las hojas frescas y las semillas secas
Escoge la época del año. La mejor época para cultivar
cilantro depende del lugar dónde vives. El cilantro no sobrevive a condiciones
heladas, pero tampoco soporta el calor extremo. En climas templados, la mejor
época para empezar a cultivar cilantro es a finales de primavera, entre los
meses de marzo y mayo. En climas más tropicales, el cilantro crece mejor
durante épocas más frías y secas del año, como en el otoño.
a. También puedes
plantar exitosamente el cilantro a finales del verano y dejar que crezca
durante el otoño.
b. Si el clima se pone
muy caliente, las plantas de cilantro comenzarán a brotar, lo que significa que
florecerán y dejarán semilla, así que escoge sabiamente la época del año para
sembrar. Para aprovechar mejor el clima, siembra las semillas en interiores y
luego trasládalas al exterior cuando el clima mejore.
c. Si deseas preparar
el suelo antes de sembrar, utiliza una pala, motocultor o laya para crear una
superficie de entre 5 y 8 cm (2 y 3 pulgadas) de abono orgánico, como la
composta, las hojas en descomposición o el estiércol sobre la capa superior de
la tierra. Rastrilla el área para dejarla suave antes de sembrar.
d. Ya que el cilantro
crece tan rápido, debes sembrar un nuevo lote de semillas cada 2 o 3 semanas
para asegurarte de tener un suministro fresco de cilantro durante toda la
temporada de cultivo.
e. Una vez que las
plantas se establecen, no necesitan de mucha agua. Tu objetivo es mantener el
suelo húmedo (pero no empantanado), ya que el cilantro es una hierba de clima
seco.
f. También puedes
evitar que crezca la mala hierba cubriendo con un poco de mantillo alrededor de
la base de las plantas apenas sean visibles por encima del suelo.
g. No cortes más de un
tercio de las hojas en una sola cosecha, sino la planta podría debilitarse.
h. Después de cosechar
las hojas, la planta continuará creciendo durante al menos 2 a 3 ciclos más.
Decide
si vas a dejar que las plantas de cilantro florezcan. Tarde o temprano
las plantas de cilantro florecerán. Cuando eso pase, la planta deja de producir
nuevos brotes frescos con hojas comestibles. En este punto, algunas personas
cortan las flores con la esperanza de que la planta produzca más hojas.
i Sin embargo, si
quieres recoger semillas de cilantro, debes dejar que florezca. Cuando la flor
muera, podrás cosechar las semillas de cilantro y las podrás usar en la cocina.
Puedes dejar que
las semillas caigan naturalmente al suelo de modo que estas crezcan por sí
solas, proveyéndote de más plantas de cilantro para cultivar la próxima
temporada de siembra. También puedes guardar las semillas secas y
plantarlas en la siguiente temporada
TIPOS DE PLANTAS HORNAMENTALES
- Árboles (y arbustos): son un elemento muy importante de impacto visual en nuestro jardín. Aportan altura y estructura, ya que al rededor de los mismos se pueden colocar el resto de elementos variables del jardín. Hay muchas clases de árbol decorativo. Además, algunos árboles frutales son considerados ornamentales también, a parte del valor de su fruto (como el manzano silvestre). La diferencia con los arbustos suele ser que el árbol tiene un solo tronco y, en el caso de los arbustos, se va ramificando desde la base.

- Acuáticas: si tienes espacio en el jardín puedes hacer un estanque o simplemente poner una pecera con unos peces y unas flores de agua decorativas. Son perfectas para decorar tanto en interior como en exterior.
- Anuales: la particularidad de este tipo de plantas es que hacen todo su recorrido en el periodo de un año, es decir, germinan, florecen y se marchitan en este tiempo. Son muy recurridas para aportar dosis de colores llamativos a las estancias.

- Trepadoras: hay para todos los gustos. Por un lado, están las que tienen flores. Las opciones dentro de las flores son muy variadas, pueden ser coloridas o blancas. Por otro lado, están las que no tienen flor. Estas tienen hojas de distintos tamaños y formas, además, las tonalidades de su verde van desde muy clarito hasta verde oscuro, pasando por otros tonos como rojizo, etcétera.

- Tuberosas y bulbosas: su peculiaridad es que tienen un órgano de reserva de alimentos subterráneo. Su cultivo tiene dos posibles objetivos: para formar macizos ornamentales o para coger sus flores, ya que algunos tipos lucen más en ramos y floreros.

- Céspedes: junto con las hierbas son un recurso que no debemos subestimar en nuestros jardines. Se puede jugar con diferentes tonos y texturas, así como colores y formas. La distribución del césped también cuenta para el sentido estético del espacio. Le podemos añadir un camino de piedra para un acabado más completo.
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